-Veamos, Manuel, ponga atención a lo que le pregunto. Si no me entiende a la primera no dude en decírmelo. ¿Está claro?
-Si.
-Empecemos... ¿Qué le sucede para necesitar de mi ayuda?
-No pego ojo en toda la noche.
-Deberá cenar pronto, y después tomarse una infusión tranquilizante poco antes de irse a la cama. Ya verá cómo descansa mejor.
-Me tendré que tomar dos.
La psicóloga lo miró por encima de las gafas. -¿Dos, porqué?
-Porque después de comer me acuesto hasta las diez.
-¿Y pretende seguir durmiendo?
-Pues, claro. Si no tengo nada que hacer.
Autora Verónica O.M.
Hola Verónica.. Las/los Psicólogos siempre solucionando problemas que no tienen..
ResponderEliminarAbrazos..
Pobrecillos, ja,ja, vérselas con personas cómo Manuel.
EliminarAhora en serio, ole por esos profesionales que ayudan tanto.
Un abrazo, feliz semana que empieza ya.
Pobre hombre,cariños.
ResponderEliminarEn realidad lo es, no tener nada que hacer debe aburrirle muchísimo.
EliminarBesos, feliz dia
En realidad lo es, no tener nada que hacer debe aburrirle muchísimo.
EliminarBesos, feliz dia