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La falda de vuelo se le había subido hasta la cintura, ella muy nerviosa quería tapar esa cosa que enseñaba. No era ni más ni menos... que una faja de esas antiguas en la que iba embutida.
Se levantó como pudo y preocupada.
-¿Y si alguien me ha visto?
Y escuchó detrás de ella...
-Miau, miau, miau.
Un enorme gato la miraba, le dio tanto apuro que salió por pies. El gato la miraba asombrado, y echó a caminar detrás de ella.
-¡Vete, gato!
Cuando más intentaba correr, más lo hacía el.
Autora Verónica O.M.
ja,ja pobre gatito.
ResponderEliminarJaja, como corren los dos.
EliminarBesos
Igual no era un felino si no un tío con una máscara de gato, y lo que quería era quitarle el refajo.
ResponderEliminarBesos Vero.
Para Rafa Hernández
EliminarJaja, podría serlo. Pero en este caso es un enorme gato (cuatro patas)
Besos, feliz tarde Rafa
jajajjaa que jartaaaaa de reirrrrrrr no se como puees escribir tantas cosas graciosas, tienes una imaginacion grandiosa jajaja jajaj hola amiga he estao unos dias cuidando de mi nietecito y no he podio venir hasta ahora aunque lo intenté esta mañana mi nietecito no me dejó jajaja mañana seguiré leyendo que ya ha vuelto su madre besitosssssssssssssss
ResponderEliminarPara EMBRUJO
EliminarGracias amiga, me alegra mucho si te gusta y hace reír.
Los nietos, bien valen nuestra dedicación aunque no nos dejen hacer otras cosas, con su cariño nos tienen locas (en el buen sentido)
Besitos, buena noche
Jaaa jaa el gato enamorado¡ que bueno...
ResponderEliminarBss
Pues ya ves Vero, los gatos se enamoran de las personas y ya no la dejan nunca, jajaja. Un abrazo.
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