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Hacía un tiempo que Eloísa no se encontraba muy bien de salud y se temía lo peor, debido a ello postergó su visita al médico. Cuando la mujer decidió ir ya era demasiado tarde, le quedaba muy poquito tiempo de vida, ya no la quisieron ni operar. La mujer, una vez pasado el miedo que aquello le ocasionaba, decidió no seguir perdiendo el tiempo, tenía una niña de doce años y debía prepararla para cuando ella marchara.
-Amaia sabes hija, la mami se debe marchar, mi tiempo se ha agotado.
-¿Dónde te vas a marchar?
-Al cielo, con Dios.
-Al cielo, con Dios.
-Para eso primero te tienes que morir, yo no quiero mami.
-Cariño no pasa nada, algún día debe uno marcharse. Sabes que hablamos hace tiempo de eso.
-Pero tu no eres vieja.
-No siempre es así, hija.
-¿Y porqué, te tienes que marchar? Eres muy joven todavía, las madres de mis amigas son más mayores que tu.
-Porque Dios me reclama. Te voy a explicar una cosita, cuando me vaya desde ahí arriba, te haré una señal para que sepas que llegué bien. ¿Vale?
-Mami no quiero que te marches.
-Hija, no puedo evitar irme. Ya verás que todo saldrá bien, además estarás con papi.
La niña lloraba, y a medida que pasaron los días fue aceptando su partida.
Cuando a la mujer le llegó su momento, estaba su querido esposo a su lado, le dio ánimos para que ella marchara tranquila, a ese sitio desconocido y temido por todos, no quiso que Amaia viese a su querida mami cuando el último soplo de vida se le escapó.
Le explicó que ella, ya había partido con Dios.
Pasaron unos días horribles, tanto el padre como la niña, pero poco a poco la normalidad se hizo necesaria. Una mañana la niña, se levantó corriendo de la cama, se vistió y peinó y salió a la calle.
Una niña con tristes ojos bellos
miraba fijamente al cielo.
¿Que miras? pregunté
mi mamá se fue espero su señal.
Y allí se quedó la niña
esperando a su mamá.
Al rato creyó ver
Al rato creyó ver
un rayo de sol aparecer,
con su mano levantada gritó.
¡Hola mamá!
Autora Verónica O.M.
Bueno,bueno...tema que da para hablar largo y tendido...
ResponderEliminarPartiendo de la base de que para mí no es un tema temido, podría desarrollarlo de mil maneras, pero la primera que se ocurre, viendo la inocencia de la niña, es aquello de que Dios reclama a la madre.
Si Dios es todopederoso, todo lo puede, ¿por qué permite que una niña se quede sin madre tan tempranamente?
Ante tal explicación, no me extraña que la pobre niña reniegue de Dios el resto de su vida...
El Dios castigador, el Dios todopoderoso, el Dios que nos han querido vender durante siglos ...
Ahí dejo mi comentario, hay muuuuchoooo que debatir y de lo que hablar de este relatillo que nos ofreces; solo he tocado una pizca de él, se le puede sacar mucho jugo...
Un beso.
Para LOS OJOS DE LA NIEBLA
ResponderEliminarTienes toda la razón, un tema que se le puede sacar mucho jugo.
La madre, intentó que la niña lo tomase lo mejor posible. Y surtió su efecto, ella pensó que aquel rayo de sol era aquella señal que la madre le había dicho.
Conozco un caso muy directo, la falta de la madre se lleva siempre.
En el cuento es más fácil hacerlo.
Besos, feliz domingo
Un relato con un tema triste que trataste con emotividad y poéticamente.
ResponderEliminarAbrazo, Vero
Para Mirella S.
EliminarMe alegra lo veas así, quise tratar el tema sobre todo con respeto.
Un abrazo, buen domingo
Verdaderamente triste querida Vero.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Para Pluma Roja
EliminarLo es, la realidad es así de dura muchas veces.
Besos, buen domingo amiga
He estado leyendo varios de tus relatos, me gustan mucho, eres muy prolífica, Vero.
ResponderEliminar-Como la niña, yo también veo señales o ... quiero verlas, es lo mismo, me da igual porque yo me agarro a ellas. Besicos.
Para trimbolera
EliminarMuchas gracias por tus palabras, te confieso que escribir es lo que más me gusta hacer, e intento superarme día a día.
Creer es bueno, y si no fuera por esas señales a las que agarrarnos la vida no valdría la pena (en muchas ocasiones)
Besos, feliz tarde amiga