Un niño estaba jugando con piedras, y no se le ocurrió otra cosa que lanzarlas a un bloque de viviendas. Un vejete lo estaba mirando, y le estaba entrando una mala leche impresionante.
Una de las piedras, fue a estrellarse contra una maceta de perejil, que estaba placenteramente tomando el sol. La pobrecita quedó rota al instante, la tierra se esparció por el suelo, y a los segundos el perejil también.
-¡Este niñato me va a oír!
Bajó a la calle dispuesto a darle una buena reprimenda.
El niño ya estaba acompañado de una señora. ¡Pero había que ver, como estaba la tal señora!
Felipe, que así se llamaba el viejo casi babeaba.
Se acercó a ellos.
-¡Buenos días! ¿Es su hijo?
-¡Si! ¿Pasa algo?
-Que va. ¡Hay que ver que niño tan majo tiene!
Autora Verónica O.M.
Vamos que cuando vio a la madre se le hizo la pilila gaseosa. Vaya tunante.
ResponderEliminarBesos amiga Verónica.
Para Rafa Hernández
EliminarJaja, que cosas tienes.
Besos Rafa
Hombres¡ jaja
ResponderEliminarbss
Para MAR
EliminarLo comparto, jaja
Besos
Sería un vejete, pero con buena vista y... hombre al fín!!!!
ResponderEliminarAbrazo Vero
Para Mirella S.
EliminarTienes toda la razón, jaja
Un abrazo, que tengas un buen día
¿Miedo? jaja
ResponderEliminarBeso
Para la MalquEridA
EliminarNinguno, jaja
Besos, feliz día amiga