Sentímos golpear la persiana de la ventana de la habitación, y una voz un tanto extraña dijo:
¡Mama, mama!
Le pregunté a mi pareja, que es eso?
¡No se! dijo, vamos a verlo....
Y vimos a una hurraca, que al escucharnos, muy rápido se marchó de allí acelerada.
A partir de aquel día cada día venía, la escuchábamos con su peculiar llamada a nuestra ventana.
¡Mama, mama!
¿Pensaría, que yo era su mama?
Verónica
ja,ja!!! eso pienso yo de mi gato cuando me sigue por toda la casa y pretende, sobre todo cuando hace frío, estar a upa todo el día. Me hiciste acordar a eso.
ResponderEliminarBeatriz:
ResponderEliminarEs que amiga tienes un gato muy listo, jajaja.
Me alegro, de haberte hecho recordar eso.
Feliz tarde
Abrazos
Acabo de enterarme de que las urracas hablan :P
ResponderEliminarUn abrazo.
Es-Fácil:
ResponderEliminarAl parecer hablan, cuando se las enseña de pequeñas.
Aquella era de un vecino, nos enteramos con el tiempo de ello, era muy graciosa.
Feliz día
Abrazos