martes, 30 de enero de 2018

HISTORIAS INTRIGANTES 6

LA MUJER Y  PERRO 6

Eran las siete de la mañana...
Jesús el barrendero del barrio, cogió el escobón y empezó a barrer la calle. A las 7.30 llegó al lugar, dónde estaba tirado en el suelo el parricida. Lanzó un grito, al verlo en aquellas condiciones tan lamentables e inesperadas.

-¡Por Dios! ¿Qué ha ocurrido aquí?

No quiso tocarlo...
Dejó el escobón apoyado en la pared de una vivienda, y fue a buscar a su compañero Marcelino, que barría en aquellos momentos la calle mayor.

Cuando llegó dónde estaba el hombre, el otro se dio cuenta que algo le pasaba.
A Jesús, le faltaba el aliento y como pudo le dijo.

-He encontrado a un hombre muerto, se ha pegado un tiro. Ven a verlo, después buscamos ayuda.
Marcelino soltó el escobón, dejándolo apoyado en una farola, y corrieron los dos hasta dónde estaba el muerto, que jamás podría explicar el motivo de su decisión de quitarse la vida.

El hombre, abrió los ojos como platos al verlo.

De pronto, escucharon que alguien los llamaba gritando.
-¡Venid a la plaza, que ha pasado algo horrible!
Era uno de los vecinos, que se dirigía a trabajar y se encontró con el triple crimen.

-Acercate, que aquí también ha pasado algo tremendo.

El hombre lanzó un...
-¡Por Dios!  ¿qué es esto?

Cuando reaccionó, marcharon todos hasta la plaza casi corriendo. El hombre, les explicó lo que allí había encontrado momentos antes.
Verónica O.M.
Continuará



sábado, 27 de enero de 2018

HISTORIAS INTRIGANTES 5

LA MUJER Y EL PERRO 5

El barrio se había quedado vacío, ya no transitaba ningún alma. 
Estaban recogidos en sus casas con sus familias, la mayoría durmiendo aunque alguno había que no podía conciliar el sueño.
Eran cuatro, los que estaban más nerviosos de lo habitual y sintieron una necesidad imperiosa de salir a la calle.
Sin saber el motivo, todos ellos caminaron hacia un mismo lugar, menos uno que se dedicó a buscar algo que tenía escondido en su casa.
Los tres amigos se encontraron en la plaza mirándose de reojo y no entendiendo que hacían allí. 

-Deberíamos estar durmiendo, ¿qué hacemos aquí? 
Dijo el más viejo llamado Julián.

-No se, sentí que debía salir, me ahogaba en casa.
Fue Isidro el segundo en hablar.

-Yo necesitaba respirar aire fresco.
Dijo Carmelo el ferretero.

Todos ellos miraron hacía un punto fijo, vieron que llegaba otro de ellos. Era Pedro.

Al acercarse y sin pronunciar palabra, descargó el arma que llevaba. Al momento los tres yacían muertos.
Tres grandes charcos de sangre se formaron en el suelo.
Pedro había dirigido los tiros de forma certera disparándo hacia sus cabezas.
Sin una muestra de arrepentimiento se dirigió hacia su casa.
Hasta la mañana siguiente allí quedarían enfriándose hasta que algún vecino diese la voz de alarma de lo que allí  había ocurrido.

La mujer y el perro no andaban lejos de allí y se quedaron atónitos de ver aquello. Sin duda el demonio aquel tenía terribles poderes. Luciana empezó a respirar agitadamente.
Se marcharon hacia casa temblando. Una vez cerrada la puerta escucharon al demonio decir.

-Ya están muertos.

La mujer bajó la vista hasta el suelo. El pequeñísimo demonio tenía levantados los ojos mirándola.

-Todos no. -Dijo ella.

-Dentro de unos momentos no existirá ninguno de ellos.
-Sentenció el demonio.

 Pedro de forma misteriosa paró en mitad del camino y metió el cañón del arma en su boca.
Al momento el hombre cayó al suelo muriendo en el acto.

-Ya están todos muertos... Anda mujer, ya puedes irte a la cama que esos ya tienen su merecido y en este mundo. Ahora les queda lo más duro que es el infierno.
Verónica O.M.
Continuará

sábado, 20 de enero de 2018

HISTORIAS INTRIGANTES 4

LA MUJER Y EL PERRO 4

La mujer y Sansón entraron en la habitación, el demonio ya les esperaba.
Era muy pequeño, medía unos treinta centímetros de alto, sus ojos brillaban mucho en un fondo inyectado en sangre.
Por raro que pudiese parecer, en sus tiempos había sido tan solo una figurita que proyectaba maldad y qué cobró vida de forma misteriosa.

-Mujer, arrodíllate en el suelo.

La mujer así lo hizo, Sansón se puso a su lado con cara de atención, las orejas las tenía muy tiesas e intentaba captar todo lo que aquel demonio explicase.

-Concéntrate y visualízame a esos hombres.

La mujer así lo hizo y al hacerlo sus ojos se agrandaron y redondearon pareciendo incluso que se iban a salir de sus órbitas.
Estaba super-concentradísima.

El ritual ya había comenzado y tenía matices de no salir de él nada bueno para aquellos que intentaron quemar la pequeña casita de madera con ellos dentro.
El demonio ya había advertido a la mujer que aquello pasaría, sabía que ella iba a estar alerta para que nada ocurriese cuando aquellos hombres intentasen acabar con ellos.

-Deletrea conmigo y muy alto: Salid a la calle hombres perversos e ir a la plaza del pueblo.

Seguidamente la mujer pronunció: -Salid a la calle hombres perversos e ir a la plaza del pueblo.

El demonio continuó:
-El más joven que lleve un arma y acabe con los otros.

La mujer repitió aquello.

-Ahora mujer, ve a la calle y verás como este ritual surte efecto.

Ella salió de la habitación seguida del perro. El animal sabía que allí algo grave iba a suceder y se relamía con aquello que lo iba a sacar de su habitual tranquilidad.
Verónica O.M.
Continuará
Consta de 9 capítulos 

viernes, 19 de enero de 2018

HISTORIAS INTRIGANTES 3

LA MUJER Y EL PERRO 3

Sansón el perro, siguió a su dueña  hasta la pequeña habitación donde la mujer tenía un pequeño altar.
En él y muy acomodado había un pequeño demonio que olía a rancio y estaba vivo.

-¿Qué te trae a mis aposentos para que a estas horas vengas a molestarme?

-Te molesto por algo muy serio. Me tienes que ayudar.

-Explícate y así tardaremos menos.

-Será solo un momento. Te lo explico.

La mujer le contó lo que había sucedido y a medida que iba hablando el demonio se iba poniendo más serio.

-Eso no puedes permitirlo
Esos hombres deben pagar por lo que han hecho.

-Eso ya lo sé, lo que no es como hacerlo.

-Cuando sean las doce de la noche harás un pequeño ritual que yo te enseñaré. Así que puedes irte hasta entonces. Mientras tanto echaré una cabezadita para estar fresco como una lechuga y poderte ser de ayuda.

La mujer salió de la habitación seguida de Sansón.
-Anda y vete a comer.

El perro echó a andar y se quedó quieto delante del cacharro con pienso.
Miró hacia ambos lados y al saberse solo empezó a comer con cara de pocos amigos.
Si en esos momentos alguien hubiese intentado quitarle la comida no le hubiese dado tiempo a arrepentirse.

Y pasó el rato y estaban a punto de dar las doce.
Por el pasillo ya se escuchaban las pisadas de ellos.
Verónica O.M.
Continuará

viernes, 12 de enero de 2018

HISTORIAS INTRIGANTES 2

LA MUJER Y EL PERRO CAPÍTULO 2
La mujer, estaba en un rincón de la habitación y a oscuras, junto a ella su perro. Estaba preparada, para aquello que había ocurrido. Con el palo de una escoba, enrolló la cortina quemada, echándola a un gran barreño de agua fría.

-Ya te lo dije Sansón, que esta noche algo pasaría, y no me equivoqué. Esta gente no tiene ningún tipo de escrúpulo, así que les declaro abiertamente la guerra.

Los hombres que perpetraron aquello, pensaron que había ardido la casa entera con la mujer y el perro.
Se llevaron un gran susto, al verlos tranquilamente paseando por el pueblo.
No podían entender, como se habían librado de perecer entre las supuestas llamas, y empezaron a guardarles muchísimo las distancias, después de darse cuenta que la casita de madera permanecía intacta.

La mujer sabía quienes fueron, así que ya estaba pensando que castigo debería darles. Pero lo haría sin prisas, y de uno en uno...

-Así me gusta, que me tengan miedo.
Verónica O.M.
Continuara

domingo, 7 de enero de 2018

HISTORIAS INTRIGANTES

LA MUJER Y EL PERRO CAPÍTULO 1
Se compone de 9

No los querían en el pueblo, ni a la mujer ni a su perro.

Sentían repulsa hacia ellos, al considerarlos algo maligno.
Alguna noche, se oía el aullido del perro, una mezcla de pastor alemán y lobo. A la par que de fondo, también el llanto de la mujer.
Como siempre que eso pasaba, las gentes del lugar daban la noticia de que alguien había fallecido, de madrugada en el vecindario.
Al que se las daba, de más listo y con mayor sangre fría, decidió que incendiarían la pequeña casa de madera dónde ambos vivían.
Aquella madrugada a las cuatro, aquellos hombres estaban cerca de la casa. Por una de las ventanas, que estaba entreabierta echaron un papel encendido, y lo acercaron a la cortina que prendió al momento.
Se marcharon de allí corriendo, ya que no querían que alguien pudiese verlos, pretendían que pareciese un accidente fortuito.
Se dirigieron a sus casas, dónde se metieron deprisa en sus camas, sus mujeres no se habían percatado de sus ausencias, y seguían durmiendo tranquilamente.
Autora Verónica O.M.
Continuará