Se casó con aquel hombre mayor...
esperando cómo no
que muriese pronto
para heredar su buen capital.
Lo eligió al verlo un tanto delicado
pensando que no llegaría a fin de año
de hace...
¿Muchos?
¡Si, si, muchos!
Pero el anciano se cuidaba
y se tomaba sus pastillitas
llevaba la cuenta a la perfección:
¡Ahora me toca esta
y ahora esta otra!
Y no se moría
mientras ella lo maldecía
día si y día también.
Verónica O.M.
¡FELICES FIESTAS PARA TOD@S!